martes, 17 de julio de 2007

Alegría de soledad


Hoy sabemos que caminamos solos.
La inmensidad de los ojos sonrientes deja su huella en el andar lejano y desprendido.
Las estrellas se transforman siempre en mar faros que conducen ilusiones con antorchas de otros tiempos.
Caminamos solos al encontrar esa otra vida de ensueño que descubre tras la niebla un fruto ágape del alma.
Lo sabemos en su transparencia.
Desde la sencillez de un ave errante hasta la noche de los oídos.
En una lágrima madrugar, el fluir de sus puertas que se abren.
En su callar.
Lo sabemos aunque no recordemos y creamos no saber.


4 comentarios:

reikiaduo dijo...

La vida de cada persona es un hecho individual; nadie puede respirar por mí, ni beber por mí, ni comer por mí, ni dormir por mí, ni sentir por mí

Lo que yo siento en este momento es mi aventura, yo lo disfruto / yo lo padezco; y mi vida está fabricada con los ladrillos (uno a uno) de esos sentimientos

Y conste que servidor anda muy pero que muy bien acompañado, lo que ocurre es que cuando la alegría, la gratitud, la paz, la felicidad.. o llámalo como quieras desborda en mi interior, entonces a las personas que me acompañan y a las que quiero también les llega parte de ese festín

Rikardo dijo...

mi primera visita a tu sitio....
me encantó espero estar de vuelta pronto....

saludos
rikardo

María Elisa Quiaro dijo...

ayer estuve en un faro, tan lejos tan lejor que ers estrella

Clarice Baricco dijo...

Me gustó el título, me gusta la soledad, hay que saberla habitar.
Lindas tus letras.

Saludos