martes, 5 de junio de 2007

Un infinito perdido en el silencio


Un infinito perdido en el silencio
Encontré al salir de esa ventana,
En un certero y dulce abismo caí,
Si querer caí, pero queriéndolo como nada.

Despertar en un surco, una isla de papalotes chispeantes,
Sumergir la escarcha en una taza de delirio;
Clavar el ojo, el trueno al andar con lápices y colores,
Desafiarlo desde la línea rodante hasta las alas del ombligo.

Regresar al que pasaba soplando, avisando a los que tocase,
A aquel cautivo que cada corazón palpase el silbido del camino;
Sumergir día a día sus pasajes como galletas y sombras en entrañas del ave,
Para hacer brotar al fulgor en un trapo de nada, y hacer reír de noche, noche azul oscuro al destino.

Mirar las despedidas como libros de viejo sin juglar,
Huellas que dejaron dormidas tanta fibra doble, cuanto remo amar,
Que ha desaparecido los bolsillos en un toque y abrazo de muerte,
Entre flores y cicatrices de una partida, amarillas de sol por cubo de suerte.

Un infinito se hizo parte de este canto,
De letra caída, sangre carmesí,
Un universo que hizo soltar amarras,
Hizo poema y frenesí.


2 comentarios:

Rouge dijo...

Confieso que tiene usted muy buen gusto para las pinturas

Blog de alma dijo...

He visto tantas realidades aparte en el silencio...