miércoles, 19 de septiembre de 2007

Un espacio sagrado


Un espacio sagrado es el vórtice que se vive en la simpleza de un encuentro casual, es la insospechada sonrisa que encontramos al caminar, es la inocencia mágica del silencio y también, es la contemplación y el permanente asombro que el misterio interminable del planeta nos ofrece al caminar.

Un espacio sagrado es vivencia del presente cuando un soplo enérgico llega a remecer los cimientos de la razón. Justo en el momento preciso, derriba lo innecesario, barre con las trampas y nos reencausa hacia el propósito.

El espacio sagrado se gesta entre nosotros cada vez que aceptamos la invitación del acto comunicativo, aparece cada vez quebramos la ilusión de si, y juntos, logramos abrir la puerta que nos separa del infinito. Es reconocer nuestras limitaciones para luego hacerlas desaparecer, es tener permanente conciencia de nuestro egoísmo, nuestros temores e inseguridades, para así dar lucha a la persistente necedad de nuestro condicionamiento humano; es vernos en nuestra realidad para luego concebir otras, todas las que seamos capaces de imaginar.

El espacio sagrado es aquel destino que nos confronta cara a cara con todos los falsos convencimientos que nos hemos inventado a lo largo de nuestra vida. Es quien provoca el choque contra la fugacidad de las emociones, para luego transmutarlas, desprenderlas de sus expectativas y hacerlas parte del flujo imperecedero del ser.

El espacio sagrado es aquella partida que nos invita a quemarnos por dentro, es la renuncia verdadera e impersonal en pos del conocimiento, del encuentro. Es un lugar para sentirnos pequeños frente a la inmensidad, es la vereda ensoñada que nos hace vencer las barreras y limitaciones que la individualidad nos supone. Un espacio sagrado es un tiempo sin tiempo, es un comando de luces encendidas y palpitantes, es una constante para ser. El espacio sagrado hoy está abierto, un lugar sin límites se expande y se irriga por cada célula de nuestro cuerpo. El espacio sagrado está abierto, somos nosotros, siempre vive en los otros.

4 comentarios:

RENÉ dijo...

QUÉ TAL AMIGO!!
DIVAGUÉ Y DIVAGUÉ MIENTRAS TE LEÍA..
QUIZÁS EL ESPACIO SAGRADO..ES TODO..PENSÉ
O TAL VEZ EL TROZO DE VERDAD QUE EXISTE EN NOSOTROS..AUNQUE SEA UNA PEQUEÑA PORCÍON..NO LO SÉ
INTENTO SENTIRLO
MI CONFLICTO HABITA EN ALGO QUE ME SOPLA AL OÍDO QUE NUSTRO MAYOR MISTRIO..SOMOS NOSOTROS MISMOS..
ES ENTONCES EL ESPACIO SAGRADO LA VERDAD O EL MISTERIO..EL "ANTES DE LA VERDAD?
A RATOS MIENTRAS TE ESCRIBO..SIEMTO LA PARADOJA DE QUE NO EXISTE ESPACIOS SAGRADOS..
SIMPLEMENTE LES HACEMOS SAGRADOS..
DESDE NUESTRA PARTE HUMANA..
RESULTA EXTRAÑO..VERDAD?
EL ESPACIO SAGRADO PARECIERA SER EL RECORRIDO..NO EL CAMINO
ESE RECORIDO ATESTADO DE IMPERFECIONES NUESTRAS..
A VECES CREO QUE SOMOS UN CÚMULO DE INTYENCIONES..
DE PERFECTEAS INTENCIONES..
PERO PROBABLEMENTE AQUELLAS INTENCIONES HABITEN EN LA ENTRDA A LA PUERTA VERDADERA
UN ABRAZO,AMIGO
ME GUSTÓ MUCHO TU POST..
ME GUSTA DIVAGAR..SÓLOQUE EL RELOJ ME SEÑALA QUE SONLAS 7 DE LA MADRUGADA YA..

almena dijo...

Profundidad y belleza, amigo. Forma y contenido que atrapan. Un espacio sagrado, sí.

Un abrazo

Gloria dijo...

Hermoso. El espacio sagrado es la conciencia, ese lugar donde recordamos lo conectados que estamos, el misterio que somos, lo inmenso de nuestra potencialidad y de nuestra evasion, es el viaje y el destino. Besos, Elu.

Elú dijo...

El espacio sagrado es el todo y es el trozo, el misterio y la verdad, es también la paradoja y la contradicción.
El espacio sagrado nace cuando logramos concebir la acción transformadora, es hacer frente a posibilidad de vencer constantemente nuestros propios límites hasta convertirnos en el infinito, es convertirnos en nuestro propio camino, nuestra búsqueda y encuentro con nuestro ser esencial.
El espacio sagrado es reconocernos en el todo que nos rodea, pero también en la nada que nos vacía de falsas ilusiones, es la pura y transparente libertad de que elijamos constantemente que hacer con nuestra vida.

Un gran abrazo queridos René, Almena y Azul.