miércoles, 10 de octubre de 2007

Esta vieja ciudad


Esta vieja ciudad que me nace,
Anoche nos vino a buscar,
Decidió al fin envolver su aire
Y dejarlo en un trapo junto a su herida.

Decidió recobrar los recuerdos ensuciados
Y lavarlos con el agua, la cadencia del olimpo
Esta ciudad abrió sus ojos perdidos y mezcló sus lágrimas en el barro
Rasgó sus calles para dejarnos entrar en su pequeño cuarto de cruz;
Nos tomó de sus serpientes enrolladas,
Y por fin nos desvistió.

Alzó sus farolas para reunirnos abrazando el frío,
Y enloqueció nuestro canto;
Lo desentendió de su cordura,
Burló sus ataduras hasta desaparecer,
Haciéndonos beber hasta la última gota,
El último cáliz aciago del desatino.

Luego diste luz a tu propia verdad,
Quitando el velo a la enfermedad y la miseria,
Luego de tener el fuego en tu regazo, caíste en cuenta vieja ciudad,
Luego que saboreaste el veneno que esparcía por tus venas la ilusión,
Adormeciendo lentamente tu osadía;
Caíste en cuenta mientras te violaban,
Mientras veneraban la sombra desde un escenario baldío
Y con cascabeles azuzaban al dios del olvido.

Entonces lloraste por no saber,
Lloramos juntos por todas nuestras muertes vivas,
Por haber dejado nuestra sangre a la deriva
Para luego ser devorada por el captor;
Lloramos en silencio mirando el mundo oscurecer y dijimos nunca más,
Hicimos el pacto que ahora nos nace,
Y que esta noche nos vino a buscar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola

AnaR dijo...

Intenso.Intenso.Intenso.Una ciudad , dice un amigo mio (filósofo) al cabo del tiempo es como un desacro con historia entre olvidada y prostituida.Pero siempre renaciente...

Un abrazo